viernes, 21 de agosto de 2009

Recuerdos del pasado: Cap 1: La ultima mision

Era una noche incomparable, no escandalosa, pero ni menos tampoco. La Luna inundaba todo lo que veía tanto con su luz como con su mística calma, misteriosa para muchos seres vivos. Esa misma paz, esa quietud era la indicada para la actividad de cierto amante de las joyas... Y no era Rouge. La inactividad también llegaba hasta los adentros del Museo Cliptonn, con los guardias de turno medio zombis por estar en su puesto desde hace 12 horas. Para mi amigo murcielago, no había nada en contra; de hecho, se le hacían más fáciles las cosas así.Se arrastró por el tubo de ventilación, sigiloso como un gato, hasta abrir la salida y por fin pisar los mosaicos del suelo. Se restregó el traje y, una vez libre de toda impureza, miró por todos lados y paró de girar la cabeza unos minutos después, con el objeto que buscaba frente a sus ojos.

-"Bonjour, monchérie..."-dijo

Con frase concluida, pegó una patada hacia una especie de caja de vidrio partiéndola en dos y dejando al descubierto una hermosa esmeralda, a la cual tomó para sí.

-"Preciosa..."-Decía, contemplando la gema -"Y perfecta como ninguna..."

Acto seguido, èl guardo la imponente joya dentro de su chaqueta azulada con una sonrisa satisfecha.

-"Bien, hora de salir de aquí y encontrarme con mi querida Megan... Pero antes..."
Sin decir más nada se dirigió hacia una pared y rompió el cristal de seguridad de un puñetazo, despertando la alarma del Museo-"...¿Qué puedo decir? Me gusta llamar la atención"
Los guardias despertaron por completo al oír las primeras sirenas y fueron corriendo hasta la sala principal lo más rápido que sus piernas les permitían. Aún así, llegaron tarde. Sólo había un espacio vacío, una caja de vidrio rota y una gema faltante. Buscaron en todo rincón al que pudieron revisar, encontrando tan sólo una carta con un escrito simple, pero provocador:

"Hasta la próxima...HARAGANES"

Mi amigo se dirigió, esmeralda en mano, hacia un callejón sucio y apestoso, que era en el que me encontraba, sintiéndose una gran soledad dentro del sitio. Caminó tranquilamente hasta que le dije.

-"Narcissus... ¿Ya terminaste con tu trabajo?"- pregunte

-"Ni se le puede considerar trabajo..."-replicó con arrogancia, pasándose la mano por el flequillo-"... Esos guardias estaban dormidos y había poca seguridad. ... No tienen cabeza, la verdad..."

-"Con razón no me llamaste"-dije-"Lástima... Tenía ganas de hacer correr sangre hoy..."
Me diriji hacia Narcissus, claro que en esa epoca aun era una asecina profecional.

-"Tranquila, Megan"-sonrió Narcissus-"pronto algún idiota pondrá la suficiente resistencia como para dejarte actuar, por ahora, sólo podemos esperar..."

-"No estés tan seguro"-le dije mientras Narcissus me miraba sin entender-"¿Conoces esta gema?"-le pregunte, mostrándole una foto.

A Narcissus se le resbaló la esmeralda de entre los dedos por la impresión que le dio la imagen.

-"N…n... No..."-Respondió apenas.
-"Es la Esmeralda Madre...madre de las Esmeraldas Caos que tanto te gustan, piensa, si la robas, no sólo tendrás joyas, ¡tendrás poder!".

Narcissus sonrió con maldad de sólo pensar en ello, pero luego me mandó una mirada de confusión.

-"¿Y qué hay de ti?"

Guarde la foto y le mostre otra.
-"Me llego esta mision hace poco, obviamente nadie dejaría sola a una Esmeralda con tal omnipotencia... Este equidna es su guardián, y aunque no parezca ser una competencia adecuada para mí, oí que él hace de todo para que no caiga en malas manos." -Hice aparecer una de las muchas armas de acero que controlo- "Tal como yo querría..."
Continuará...

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